MI FONAMAD

Campos de cultivo de cereal (invierno)
© Javier Peña Sanz

Cuando hablamos de paisaje en fotografía la cabeza se nos va a escenas de costa con luces de amaneceres y atardeceres o escenas de montaña con sus nubes de tormenta o escenarios de ríos y bosques entre brumas, imágenes donde el ambiente de naturaleza se respira por los cuatro costados, sin que en dichas fotos aparezca la mano del hombre por ningún lado.

Pero hay otro tipo de fotografía de paisajes donde el factor humano toma mucho protagonismo, de hecho el paisaje se puede decir que está moldeado por la mano del hombre, tomando dicha actuación humana todo el protagonismo dentro de la imagen.


Ya en este punto surge cierta controversia dentro del mundo de la fotografía de naturaleza, sobre si, apareciendo en la escena elementos humanos o mejor dicho, en este caso, escenarios manipulados por el hombre, se le pueda dar la consideración de fotografía de naturaleza a nuestras imágenes.

Desde mi punto de vista, este tipo de espacios también es naturaleza, muchísimas especies animales, ya sean desde el más pequeño de los invertebrados hasta los grandes mamíferos pasando por aves, reptiles o anfibios, utiliza estos terrenos para criar, para cazar, para guarecerse. A modo de ejemplo: las choperas son dormideros de una infinidad de aves, en los campos de cereal anidan los aguiluchos cenizos, insectos polinizan la flor de la lavanda, las pipas de girasol son alimentos de roedores y multitud de aves, los mochuelos anidan en los majanos que el agricultor crea artificialmente al limpiar sus campos de piedras, especies de sapos, una vez hecha la puesta, se retiran a tierras de barbecho donde pasarán el resto del año,… Y así podríamos poner infinidad de ejemplos de cómo la naturaleza se adapta a las condiciones que la mano del hombre altera, al margen de que dichos cambios en muchas otras ocasiones, por desgracias más de las deseadas, también altera para mal el entorno natural. Pero nos estamos desviando del tema inicial.


Volviendo al tema de paisajes humanizados, para practicar este tipo de fotografía nos tenemos que desplazar a la España agrícola, a la España rural. Allí, donde los campos dibujan formas cinceladas por la acción del hombre, y están pintados por colores que, según el tipo de plantación y el paso del tiempo, irán variando. Y es que éste es un paisaje dinámico donde, como en paisajes “más naturales”, el transcurso de los días a lo largo del año van variando los colores y con ello el escenario y el tipo de fotografías a tomar.

Me explico. Pongamos un campo de girasoles. En el invierno, el color del campo será amarillo pálido por la rastrojiza del cereal ya cosechado. A comienzos de la primavera el color será marrón, el color de la tierra removida por el arado para preparar la tierra a la espera de la siembra. A finales de primavera ese espacio se va pintando de un verde vivo para, hacia el mes de agosto, volverse amarillo con la apertura de las cabezas del girasol ya en flor, salpicado del verde más oscuro de sus anchas hojas y los tallos. Con el paso de los calurosos días del verano ese amarillo intenso se va apagando pasando a marrón, hasta convertirse nuevamente en marrón muy oscuro, casi negro, con la planta ya seca lista para su recogida…

En definitiva, en cada una de estas épocas tendremos distintas posibilidades fotográficas y lo mismo con otros muchos cultivos, éste calendario irá variando en función de la zona de plantación, contra más al sur las fechas se adelantan con respecto al norte o dependiendo del cultivo.

Girasoles (verano)
© Javier Peña Sanz

Todo esto nos da una amplia paleta de colores en el paisaje, pues muchos de estos cultivos se mezclan proporcionando un bonito mosaico, incluso la propia naturaleza colabora con la parición de nuevos colores, como por ejemplo los campos de amapolas entre los cultivos de cereal o barbechos.

De arriba abajo: cebada temprana, barbecho, cebada tardía, trigo, cebada con amapolas
(finales de primavera)
© Javier Peña Sanz

Dentro de éste paisaje agrícola, humanizado, son muchos los motivos que tenemos para fotografiar: choperas, árboles frutales como almendros o cerezos, campos de girasoles, de colza, cultivos de secano donde se intercalan terrenos de cereal con otros de barbecho, campos de mimbre y de lavanda, grandes extensiones onduladas de olivares… Además todos estos motivos, como hemos visto, van cambiando con las estaciones y con los propios ciclos agrícolas.

Olivares (invierno)
© Javier Peña Sanz

Pero no son sólo los paisajes amplios los que podemos fotografiar. Como en la fotografía paisajista de naturaleza más tradicional, también nos podemos centrar en detalles dentro de esos paisajes, detalles de los propios cultivos utilizando objetivos de focales más largas o incluso objetivos macro, también nos dan juego las fotografías nocturnas o fotografía con un toque más artístico hasta adentrarnos en la abstracción con todas sus variantes y; por supuesto, un nuevo tipo de fotografía que da mucho juego con este tipo de terreno a vista de pájaro, estamos hablando de la fotografía de dron, sin descartar técnicas como dobles exposiciones, movimientos de cámara, circumpolares, empleos de espejos, etc.

Girasoles bajo la vía láctea (verano)
© Javier Peña Sanz
Flor de almendro (primavera)
© Javier Peña Sanz

Como veis, son infinitas las posibilidades que nos dan estos paisajes humanizados, un tipo de fotografía que poco a poco va teniendo sus seguidores. De un tiempo a esta parte son muchas las salidas o talleres que se preparan para fotografiar campos de girasoles, mimbreras, lavandas, colzas… aprovechemos estos escenarios  en nuestras salidas al campo para practicar con este tipo de fotografías.

Chopera (invierno)
© Javier Peña Sanz

Artículo e imágenes realizadas por Javier Peña Sanz


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3 comentarios

  1. Javier
    Una iniciativa muy interesante y un tema que no abordamos en Fonamad. En realidad muchos de los paisajes que incluimos como naturales están modificados por la actividad humana. De hecho será muy difícil encontrar un escenario que no haya sido en mayor o menos medida modificado por el hombre. No quedan en nuestro país bosques primigenios. En realidad fotografiamos a menudo repoblaciones forestales, dehesas, prados donde antes había bosques, embalses….

  2. Excelente artículo Javier!! Tema como bien señalas controvertido. Me sumo a tu consideración. Yo también creo que estos paisajes y sus detalles son Vida Natural. Gracias.

  3. Buenas reflexiones Javier. Para mi este tipo de paisajes son 100 % naturaleza. Constreñir la fotografía de naturaleza a exclusivamente lo que la naturaleza ha provocado por si misma nos limitaría en cierta medida y nos impediría obtener imágenes como las que nos muestras.

    Incluso en concursos se visualizan imágenes premiadas con estas temáticas.

    Saludos!

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