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Todos los años, en las aguas de la Bahía de Magdalena (Baja California Sur, México), durante los meses de octubre a diciembre, tiene lugar uno de los espectáculos naturales más alucinantes: los marlines rayados (Kajikia audax) se reúnen para cazar a la carrera las bolas de sardinas (Sardinella aurita) y de macarel (Scomber japonicus) presentes en la zona. Además, también es posible ver leones marinos, túnidos, delfines, pelícanos, piqueros e incluso ballenas a la caza de estas bolas de peces. Y si uno tiene suerte, puede ver congregaciones masivas de móbulas (mantarrayas).

© José Ramón Castelló
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Bahía Magdalena, conocida como Mag Bay en inglés (el poco turismo en esta zona es principalmente estadounidense, dada la proximidad con California), está ubicada en el lado oeste de Baja California Sur en el Océano Pacífico, aproximadamente a 300 kilómetros (5 horas de coche) al norte de Cabo San Lucas (México). Esta bahía es conocida especialmente por la migración estacional de la ballena gris que acude aquí a aparearse.


Además, cerca de los manglares y pantanos costeros se encuentran varios santuarios de aves marinas. Bahía de Magdalena y la vecina Bahía de Almejas, representan casi el 30% de la producción pesquera total de México, siendo esta una de las zonas más importantes para la pesca industrial (lo cual está suponiendo en estos últimos años una desafortunada reducción en el número y tamaño de las bolas de peces). Además, sus amplios manglares permiten el establecimiento de un ecosistema que permite el desarrollo de numerosas especies dentro de la cadena alimenticia marina. Es un área que, a fecha de hoy, sigue siendo salvaje y remota, con escasa infraestructura turística (afortunadamente).

© José Ramón Castelló
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Las pequeñas embarcaciones rígidas desde las que se realiza esta actividad parten desde el pequeño puerto pesquero de San Carlos, dentro de la bahía. En la barca van entre 4 y 6 buzos, además de un patrón y un guía que conoce la zona. Las salidas, desde la playa, son a las 6 de la mañana, y a finales de noviembre y diciembre, cuando estuve yo, ¡te congelas de frío! Se regresa sobre las 4 o 5 de la tarde, con más de tres horas de navegación hacia el azul, fuera de la bahía… un infierno si hay mala mar, sobre todo para los que se marean con facilidad.

© José Ramón Castelló
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Es recomendable contratar la actividad para, al menos, tres días; al ser en mar abierto, si las condiciones del mar son malas, no es posible salir. En mi caso, el primer día no pudimos alejarnos mucho de la costa por la mala mar, aunque a cambio vimos móbulas, falsas orcas, delfines y ballenas. El segundo día, a pesar de las malas condiciones, salimos… y, como era de esperar, eché el desayuno y la cena de la noche anterior por la borda, me congelé y casi no pude hacer ni una sola foto… El tercer día fue simplemente espectacular.

© José Ramón Castelló
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Esta actividad se realiza haciendo apnea y snorkel, no buceando con botella por lo que no hace falta tener certificación para bucear. La acción transcurre a gran velocidad y es preciso tirarse y volver a subir a la embarcación con mucha rapidez, porque además la mayor parte de la acción ocurre en la superficie. Las bolas de peces generalmente se mueven rápido, perseguidas por marlines y leones marinos, por lo que las mejores oportunidades para fotografiarlas surgen cuando las bolas son estacionarias. Los marlines empujan el cebo hacia la superficie y luego lo atacan desde abajo. El frenesí atrae a muchas aves que se precipitan desde arriba. De hecho, para localizar las bolas de peces en la inmensidad del Océano Pacífico, hay que fijarse si hay congregaciones de aves revoloteando bajo, cerca de la superficie del mar.

© José Ramón Castelló
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En resumen, como puede apreciarse en las fotos, todo un espectáculo de la naturaleza. En los siguientes vídeos puede verse cómo se desarrolla la acción:

© José Ramón Castelló
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Artículo, imágenes y vídeos realizados por
José Ramón Castelló


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Un comentario

  1. Una vez más, nos dejas asombrados con tus imágenes. Ya no es solo la captura del instante, sino que cada una de ellas está técnica y compositivamente impecable. Enhorabuena, compañero, quedo esperando tu siguiente regalo. Gracias por acercarnos estos lugares tan increíbles.

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